Los problemas medioambientales han aumentado drásticamente en los últimos años. Según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), si el ritmo actual de producción y consumo no disminuye y la población sigue creciendo, necesitaremos dos Tierras en 50 años. Esto preocupa a los consumidores, que cada día intentan mejorar sus hábitos de consumo para paliar este problema.
Este cambio en la perspectiva del consumidor ha llevado a las marcas a centrarse en estrategias sostenibles y a reconocer la necesidad de ofrecer productos respetuosos con el medio ambiente, y la promoción de los aspectos sostenibles de una empresa es, de hecho, una de las mejores formas de llegar realmente a los consumidores.
Muchos profesionales de la comunicación reconocen que la correcta aplicación del marketing ecológico o green marketing es compleja. Esto se debe a que, en muchas ocasiones, requiere implementar una nueva estrategia con cambios relacionados con la definición de lo sostenible o verde, el desarrollo de productos con esta orientación y la comunicación de una forma creíble y eficaz, algo que debe ir en línea con los principios de Responsabilidad Social Corporativa de la empresa.
El Green Washing o lavado verde corporativo es una práctica habitual. Las empresas utilizan técnicas de marketing para hacer creer a los consumidores que sus productos son más ecológicos de lo que realmente son. Esto puede ser engañoso para los consumidores que quieren hacer elecciones de consumo más sostenibles.
Se trata de enviar un mensaje que vaya más allá de "pon tu granito de arena". Se trata de cambiar nuestra forma de pensar, de cambiar el envase de plástico de un producto por uno de cartón reciclado, de que un producto no se prueben en animales, etc.
No hace falta cambiar radicalmente toda la empresa, sino buscar qué partes de la marca tienen más probabilidades de apoyar una causa concreta, como la conservación marina, la protección de la fauna, las energías renovables o los envases biodegradables.
El marketing ecológico no consiste solo en decir que existe un problema, si no en ofrecer una solución a través de atributos y acciones que sean relevantes para ese problema. Puede ser la obtención de certificaciones como la ISO 14001, un plan de reducción de emisiones de carbono o una serie de actividades de acción social para concienciar a la ciudadanía. Una vez que se encuentren estos diferenciadores, hay que potenciarlos con buenos mensajes.
Muchas empresas creen que aplicar una estrategia de marketing ecológico es arriesgado porque requiere muchos cambios. Sin embargo, hoy en día es una opción necesaria. Cuantas más empresas abracen la sostenibilidad, más fácil será avanzar juntos.