¿Cuántos teléfonos móviles has tenido en tu vida? La respuesta a esta pregunta te dará una idea del impacto de los residuos tecnológicos en el planeta y de lo importante que es el reciclaje de tecnología. Pero no se trata sólo de teléfonos móviles, ya que la basura electrónica es cualquier aparato alimentado por electricidad cuya vida útil ha terminado.
Teléfonos móviles, tabletas, ordenadores portátiles, televisiones, samrtwatches, etc. El aumento de uso de dispositivos digitales se está convirtiendo en un problema para el planeta porque cuando termina su vida útil -cada año se generan casi 50 millones de toneladas de chatarra tecnológica- su tasa de reciclaje es insuficiente. Aumentar las tasas de reciclaje de tecnología es clave para limitar el cambio climático y evitar la degradación del medio ambiente.
El reciclaje de tecnología es necesario, ya que los smartphones y otros dispositivos electrónicos están llenos de pequeños circuitos. Estos aparatos no podrían funcionar sin diversos materiales conductores de electricidad como el cobre, la plata y el oro, los cuales se encuentran presentes en pequeños tamaños. Y cada vez se hacen más esfuerzos para recuperarlos, reciclarlos y reutilizarlos.
Los residuos electrónicos han aumentado de una forma exponencial en todo el mundo a lo largo de los últimos años. Si a eso le unimos su mala gestión, tenemos una amenaza medioambiental en ciernes. Entre las sustancias más comunes que contienen estos residuos se encuentran elementos como el cadmio, el plomo, el óxido de plomo, el antimonio, el níquel y el mercurio. Estos elementos tóxicos contaminan ríos, lagos y mares y liberan gases a la atmósfera que provocan desequilibrios en los ecosistemas. Por lo tanto, invertir el modelo de producción y consumo para reducir la cantidad de residuos electrónicos es una tarea urgente.
Las técnicas que se consideran reciclaje tecnológico están relacionadas con los procesos y las mejores prácticas para gestionar los residuos electrónicos.
Abarcan desde programas de marcas y fabricantes de tecnología que recogen los aparatos en desuso y reacondicionan sus piezas y componentes para darles una segunda vida, hasta casos en los que las personas donan estos aparatos cuando aún están en buen estado a familiares, amigos o a una organización no gubernamental para que sigan utilizándolos.
De este modo, estos aparatos tecnológicos pueden reducir el impacto ambiental que generan y sus componentes minerales y metálicos pueden tratarse adecuadamente para que no sean tóxicos ni causen más daños.
Los teléfonos móviles, gracias a su practicidad y funcionalidad, se han convertido en una parte esencial de nuestra vida cotidiana. Son una herramienta ideal para el trabajo, para disfrutar del entretenimiento o para realizar cualquier tarea, como hacer deporte. Por eso, cambiar de teléfono no es tan raro si queremos estar al día, por lo que normalmente tendemos a renovar el dispositivo cada dos o tres años.
Para garantizar que los teléfonos móviles se gestionan de una forma correcta, lo mejor es acercarlos a un punto limpio. Allí se encargarán de la gestión del dispositivo. Si no tienes acceso a un punto limpio cerca de casa, otra opción muy recomendable es llevarlos a una tienda de telefonía. Estas tiendas suelen disponer de contenedores especiales para el reciclaje de móviles.
El litio es el componente principal de las baterías de los teléfonos móviles actuales. Este componente es, sin lugar a dudas, el más delicado y peligroso. Para que te hagas una idea, una sola batería puede contaminar 60 000 litros de agua. Las baterías de los móviles, al igual que los propios teléfonos, deben entregarse en puntos limpios o tiendas especializadas.
Cuando llevamos el teléfono a un punto limpio y lo entregamos en un punto tecnológico de reciclaje, se lleva a una instalación preparada para su tratamiento.
En primer lugar, se separa la batería del teléfono móvil. Ahora la mayoría son de iones de litio, pero todavía quedan algunas baterías antiguas de níquel-cadmio o níquel-hidruro metálico, que son metales muy contaminantes. Una vez separada una batería, se reduce y se desecha, aunque algunas se reconstruyen para ver qué se puede salvar.
Por otro lado, el teléfono móvil se compone de placas de circuitos impresos y carcasas de plástico. Para separar los materiales de éstas, estos componentes se trituran y se convierten en fracciones para producir cobre, estaño, aluminio, zinc o, en menor medida, oro, paladio y coltán.
Los teléfonos móviles reacondicionados son aparatos que se han utilizado y luego se han devuelto al fabricante, al minorista o al comercio por diversos motivos: por ejemplo, pequeños defectos, fallos o retiradas de campañas y pantallas, etc. Estos productos, una vez inspeccionados, reparados (si es necesario) y limpiados, se venden a un precio rebajado. También se restaura el software y los ajustes de fábrica y, a veces, se actualiza el sistema operativo.
Los teléfonos móviles reacondicionados permiten borrar por completo los datos del usuario anterior almacenados en el teléfono, lo que supone una ventaja en términos de seguridad y privacidad. También son más seguros en términos de garantía y calidad. Por otro lado, los móviles de segunda mano, dependiendo del lugar en el que se obtengan, no cuentan con ninguna garantía, ya que suelen venderse sin el control de particulares. Sin embargo, pueden llegar a ser más baratos.
En consecuencia, los móviles reacondicionados tienen una garantía de hasta 2 años que cubre la batería y cualquier desperfecto que pueda tener el teléfono, esta garantía es más difícil de conseguir en móviles de segunda mano. Además, en caso de que el teléfono reacondicionado no cumpla las expectativas del consumidor, es posible devolverlos en un plazo inferior a los 30 días desde el momento de su compra.
En caso de problemas, el usuario de un teléfono reacondicionado puede ponerse en contacto con el servicio posventa de la empresa para resolver dudas o hacer un seguimiento del estado de la reparación. Un teléfono usado simplemente no tiene esta capacidad.
Esta diferencia se nota a la hora de fijar el precio: los teléfonos reacondicionados, además de los accesorios, incluyen el estado estético, la marca, el modelo y la antigüedad del teléfono en el valor que el consumidor tiene que pagar por él. En el caso de los teléfonos de segunda mano, este valor se determina de forma totalmente arbitraria entre particulares.
Es importante recordar que hay que depositar los residuos electrónicos en los puntos de recogida designados, ya que algunos de sus componentes son muy contaminantes. Las baterías y acumuladores de los ordenadores portátiles son especialmente nocivos para el medio ambiente, ya que contienen metales pesados. Los monitores viejos también contienen tubos de rayos catódicos y fósforo. Un ordenador puede contener platino, cobre o mercurio, materiales altamente contaminantes. Los cartuchos de tinta y el tóner son otros componentes perjudiciales para el medio ambiente.
¿Cuántos teléfonos móviles has tenido en tu vida? La respuesta a esta pregunta le dará una idea del impacto de los residuos tecnológicos en el planeta y de lo importante que es el reciclaje de tecnología. Pero no se trata sólo de teléfonos móviles, ya que la basura electrónica es cualquier aparato alimentado por electricidad cuya vida útil ha terminado.