Avanzar hacia un modelo energético más sostenible solamente es posible si se realiza de la mano de la innovación. En ese contexto, el campo de la biotecnología puede suponer un sector que adquiera mayor relevancia en los últimos años.
La biotecnología se basa en el uso de organismos vivos (bacterias, hongos, plantas, animales, etc.) o de sus componentes (ADN, enzimas, proteínas, etc.) para desarrollar productos que beneficien a la humanidad, en este caso, hablamos de elementos que puedan producir energía de una forma renovable.
Los paneles solares compuestos por algas representan uno de los mayores avances dentro del ámbito de la biotecnología en lo referente a la producción de energía solar. Se trata de unos elementos capaces de absorber luz solar y convertirla en electricidad, además de servir como aislamiento térmico y acústico. Estos paneles llenos de microalgas capturan la luz solar y se alimentan con agua, dióxido de carbono y otros nutrientes, permitiendo que las algas crezcan. Cuando han alcanzado un tamaño considerable, se extraen de la placa a través de un sistema automatizado y se utilizan para generar biomasa, que se transforma en biogás para producir energía. Por otro lado, estos paneles acumulan calor, que se almacena para generar agua caliente y contribuir en la calefacción.
Por ahora, la instalación de este tipo de sistemas para generar energía es caro y complicado. Debido a esto, los científicos, en lugar de utilizar directamente estos procesos, han adaptado los algoritmos naturales basados en los principios que rigen estos organismos. A través de la aplicación de estos algoritmos naturales y la incorporación de materiales biológicos, los investigadores están logrando emular el comportamiento de los procesos naturales que capturan y convierten la luz solar de manera orgánica, tal como lo han hecho organismos como las plantas a lo largo de millones de años de evolución. Como resultado, han logrado diseñar materiales y estructuras más eficientes, como las celdas solares orgánicas, un tipo de celda solar basada en la fotosíntesis que resulta más flexible, ligera y barata de producir que las convencionales formadas por silicio.
La integración de la biotecnología en la energía renovable es un enfoque apasionante que busca mejorar la eficiencia energética a través de la creación de materiales más sostenibles y biodegradables que reduzcan el impacto ambiental del consumo energético. Aunque muchos de los avances en este campo todavía se encuentran en fases experimentales, los resultados son prometedores. Un nuevo ejemplo de como la innovación y la ciencia serán las que nos lleven hacia fuentes de producción de energía continua, inagotable y no contaminante.