Cuando realizamos un sendero homologado son cuatro las acciones que debemos tener en cuenta, todas ellas de igual importancia aunque a simple vista no lo parezca: diseño, ejecución, divulgación y mantenimiento.
En esta ocasión nos vamos a ocupar de la divulgación, que no es otra cosa si no dar a conocer la ruta al público en general. De esta forma, cuando una administración quiere poner en valor un sendero es un aspecto vital que tenemos que tener en cuenta y que desde el departamento de Medio Natural de Silvoturismo trabajamos con especial atención porque somos conscientes de su importancia.
En este sentido, podemos utilizar métodos tradicionales como su difusión a través de los medios de comunicación, la publicidad tradicional, su divulgación a través de webs corporativas, redes sociales, etcétera. Y, por supuesto, debemos realizar la clásica topoguía o recurrir a los nuevos soportes que se utilizan a día de hoy con la digitalización de la comunicación.
Tradicionalmente, siempre se ha usado la topoguía para dar a conocer un sendero y los pormenores de la ruta a los deportistas y usuarios. Se trata de una publicación en papel que debe tener en cuenta aspectos como:
Además la topoguía, según el manual de la FEDME, debe tener unos contenidos mínimos como son:
A las publicaciones en forma de topoguía se han sumado en los últimos años otros soportes digitales que deben cumplir con las mismas características descritas en las topoguías en papel aunque su formato sea onlinel, tales como: