El universo de la energía está en constante evolución, buscando alternativas más sostenibles y eficientes para preservar nuestro planeta. En esta búsqueda, el hidrógeno verde emerge como una nueva alternativa, prometiendo un futuro más limpio y brillante para la industria.
El hidrógeno, el elemento más simple en la tabla periódica, se presenta como un candidato ideal para el combustible del mañana. Ligero y no contaminante por sí mismo, se convierte en un vector energético esencial. Sin embargo, es crucial comprender que su naturaleza verde se revela solo cuando se extrae mediante procesos sostenibles y utilizando energías renovables.
Una vez obtenido, el hidrógeno verde se convierte en una fuente de energía limpia y versátil. Almacenado en tanques especializados, se canaliza hacia pilas de combustible donde se combina con oxígeno para generar energía eléctrica, sin más residuo que agua, lo que es clave en la transición hacia la neutralidad de carbono.
Las ventajas que puede aportar el hidrógeno a la industria son varias. Por un lado la limpieza, ya que su único subproducto es agua. Por otro lado, su completa renovabilidad, ya que, al basarse en fuentes de energía inagotables, su producción es completamente sostenible. Y por último, su facilidad de almacenamiento y transporte, lo que facilita su distribución, superando las limitaciones de las baterías de litio.
El hidrógeno verde no solo representa un cambio en la forma en que obtenemos energía, sino que también ofrece una oportunidad única para abordar desafíos ambientales y económicos. Desde nuestro compromiso con la sostenibilidad y la innovación seguimos de cerca la evolución de esta industria de diversas maneras, como por ejemplo asistiendo a los eventos organizados por el clúster alicantino VAHIA 2030, que se erige como un referente a la hora de identificar las necesidades y oportunidades en este campo, para conseguir una industria y un mundo más sostenible.